Las orquídeas bolivianas, con sus múltiples y originales formas y sus colores exóticos, han abierto una opción de turismo sostenible y desarrollo comunitario en la región de la Chiquitanía, en el corazón de las misiones jesuíticas.
El municipio de Concepción, en la región oriental de Santa Cruz, donde hace casi 300 años se asentaron los jesuitas para evangelizar a los indígenas, acoge desde hace nueve años en primavera el Festival de la Orquídea, que atrae a miles de turistas que admiran las nuevas variedades, formas y colores de esta exótica flor.
“La idea es aprovechar el potencial de la orquídea para impulsar el turismo sostenible en Concepción, evitar depredación y promover el desarrollo de la zona”, explicó Rubens Barbery, director del Centro para la Promoción del Desarrollo Sostenible (Cepad), institución promotora del evento.
Pese a que esta localidad, situada a unos 290 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz, es considerada el santuario de la “Cattleya Nobiliar”, la conocida como orquídea chiquitana, algunos de sus habitantes se esfuerzan en diversos cruces para conseguir las especies más exóticas.
“Las orquídeas son mi hobby. Hace doce años que trabajo con ellas. Tengo más de 40 especies”, relató Carmen Deli Olachea, una vecina de Concepción que ha logrado este año el primer y segundo puesto de la novena edición del festival, celebrada entre el 9 y el 11 de octubre, con las especies Enclylia y Cattleya Nobilior, respectivamente.
“Tengo como unas 600 plantas y quiero más. Las cultivo en mi jardín”, afirmó Carmen que al indicar que el festival está llevando cada año “más mejoras al pueblo”.
Según los organizadores, este año el festival ha recibido a unos de 5.000 turistas y aficionados, con 45 expositores de diferentes zonas de Bolivia, Brasil y Argentina. Se esperan ganancias similares a las de la edición anterior, que alcanzaron unos 120.000 dólares en los tres días del certamen.
Rubens Barbery resaltó la importancia de este dato, ya que el municipio, de 16.000 habitantes entre la zona rural y urbana y cuya principal actividad económica es la ganadería, tiene unos ingresos anuales de 1,2 millones de dólares.
Para el director del Cepad, este evento, que mezcla la exposición y venta de orquídeas con excursiones al campo, teatro, conciertos y gastronomía, “activa la economía de Concepción en cuanto a hostelería, artesanía, transporte”.
La iniciativa, que cuenta con el apoyo de la española Agencia Extremeña de Cooperación Internacional y Desarrollo (Aexcid) y la Cámara de Industria y Comercio de Santa Cruz (Cainco), arrancó en 2001 para fomentar el turismo en la zona.
La idea surgió cuando en Concepción todavía no había luz eléctrica, recordó el presidente del Cepad Carlos Hugo Molina este fin de semana en la inauguración del festival y fue tomando forma por la cooperación internacional y los habitantes del municipio.
Pero, además de exportar patrimonio cultural y natural, esta idea pretende ser la “punta de lanza” de un proyecto más amplio para la mejora de la producción textil, artesanal y agrícola de la zona, explicó a Efe el director de la Aexcid, José Manuel Rodríguez.
Para conseguir estos objetivos, Rodríguez lanzó dos retos a las autoridades y los vecinos de Concepción: la creación de un centro de interpretación de la naturaleza para el desarrollo turístico de la zona y la creación de un laboratorio in vitro para la preservación de las especies de orquídeas.
Precisamente, una de las mayores preocupaciones de los organizadores del evento es evitar la venta ilegal de estas flores por parte de algunos vecinos que las arrancan indiscriminadamente para su venta, lo que podría provocar la depredación de orquídeas de las que se estima que hay unas 400 especies autóctonas en la zona.
Por ello, se trabaja en los colegios con los niños para concienciarlos de que sólo se pueden comprar plantas que provengan de viveros en los que se asegura su reproducción sostenible y para preservar y estudiar las especies en el país.
Fuente: Los Tiempos